

















Nuestra misión es satisfacer las necesidades de información de toda la comunidad educativa.Promocionar la lectura y colaborar en la formación del juicio crítico de los alumnos.
Se ha llevado a cabo un emotivo acto en el que participaron los Miembros de la Institución: Docentes, Auxiliares, Padres y Alumnos, el Supervisor de Bibliotecas Escolares y un grupo de Narradores de cuentos Infanto-Juveniles.
La conducción estuvo a cargo de la Sra. Amalia Elena Fernandez.
El Sr. Supervisor Jorge López del DE 4to y 5to, dirigió unas palabras alusivas al día de la fecha y en especial a la imposición del nombre que fue elegido democráticamente por el conjunto de la Comunidad Educativa.
Las Srtas. Patricia García Rozado y Ana maría Risetti Rey nos ilustraron, a través de sus relatos sobre MAFALDA, la creación del personaje y hechos referidos a su escritor QUINO (Joaquin Lavado).
La Magia del cuento, que maravilló a todos los alumnos, estuvo a cargo de las narradoras del Programa "Bibliotecas para Armar".
El Broche de oro fue el descubrimiento de una Placa, con el nombre elegido, por parte del Director de la Institución y el Supervisor de Bibliotecas Escolares, mientras sonaban las estrofas de la canción de Victor Heredia “Caminos de tizas”.
A continuación partes del evento
Se entonó de las estrofas del Himno Nacional Argentino, el Supervisor Jorge Lopez dirige palabras alusivas y luego conjuntamente con el Director de la escuela Ernesto García descubren la placa .
Sarah Bianchi, quien murió ayer por la mañana a los 88 años tras una breve internación hospitalaria, fue en muchos aspectos una precursora de las tendencias más contemporáneas del arte de los titiriteros.
No pertenecía a la cohorte de titiriteros bohemios y transhumantes, sino que provenía de la cultura urbana y buscaba establecer en ese marco un espacio para los títeres. Bianchi, que se había formado en las artes plásticas, ingresó en el arte de la manipulación de los personajes integrando el Teatro Nacional de Títeres que creó Mane Bernardo en el Instituto Nacional de Teatro, en 1943. La experiencia apenas subsistió tres años, ante la falta de interés de quienes eran responsables de su continuidad.
En 1983 inauguró junto con Mane su último gran proyecto, el Museo Argentino del Títere, en la esquina porteña de Piedras y Estados Unidos. La rica colección de títeres de todo el mundo que atesoraban las titiriteras, quienes habían proyectado y realizado exhibiciones desde los años 50, encontró finalmente su espacio en esa vieja casona natal de Mane.
Tras la muerte de su compañera de retablos y vida, en 1991, Bianchi, tan menuda como tesonera, redobló la apuesta para convertir el museo en un polo de irradiación titiritera. Miles de escolares recorren sus instalaciones todos los años en visitas guiadas. Decenas de elencos de titiriteros de todo el país se presentan en su programación para chicos y en la dirigida exclusivamente a público adulto. Aseguró, por otra parte, su continuidad más allá de su presencia constituyendo la Fundación Mane Bernardo-Sarah Bianchi como entidad gestora del museo.
"Hay una gran fuerza de presencia física que se nos impone cada vez que el personaje se enfrenta a nosotros, aunque dependa de nuestra mano y de nuestra voz", definía Sarah la relación entre títere y titiritero. Lo que no mencionaba era la enorme fuerza que transmitía esta mujer de apariencia frágil a todo lo que emprendía, hasta los últimos días de su larga vida.
Hoy 18 de junio el escritor portugués José Saramago, falleció a los 87 años en Canarias, fue un asiduo visitante de